En algunas ciudades, la demanda de vivienda en barrios céntricos como la Mariscal en Quito o Barrios Altos en Lima se han reducido significativamente por problemas de inseguridad. Eso ha supuesto un aumento de las viviendas deshabitadas y un fuerte desincentivo a la inversión para rehabilitar edificios o construir nueva infraestructura, dificultando que personas de la periferia puedan acceder a vivienda más cerca del centro. Para combatir esta problemática, se plantean dos enfoques.
a) Fortalecimiento de barrios: implica actividades que fomenten la creación de comunidad en los barrios a través de la vida vecinal. Por ejemplo, la construcción de infraestructuras sociales como parques, polideportivos, espacios culturales o centros educativos y eventos que se desarrollen en dichos espacios.
b) Creación de vivienda identitaria: implica la atracción de comunidades comunidades ya existentes para repoblar esos barrios. Por ejemplo, la creación de espacios dirigidos a mujeres colaborando con asociaciones feministas locales o puntos de encuentro para la comunidad LGTBI+.